Bueno, creo que ya es hora de que comience. Recién regrese de dar una vuelta por la ciudad y tomarme algo; estoy dispuesto a escribir el principio, o por lo menos, entrar en el tema que nos compete.
Nací, por primera vez, en Rumania medieval, específicamente en Valahia, o Valaquia para algunos, una tierra hermosa pero plagada de conflictos bélicos, principalmente por haber logrado la reciente independencia del Imperio húngaro, y para luego pagar tributos al Otomano para no ser conquistados, ¡Dulce ironía!
Como decía, el año era aproximadamente 1403, era hijo de una familia con cierto poder adquisitivo y con ciertos favores políticos, éramos 6 hermanos y yo era el 4to, por lo tanto, se podría decir fui el "olvidado", nunca tuve la bendición de la primera camada ni el consentimiento por ser el último, no que este me afectase, es solo para poder ubicaros mejor en la historia.
Decebal, así me llamo el primogénito de la familia, mi hermano mayor, un hombre estudioso cuya única pasión, aparte del estudio, era la caza. Pasión que compartimos cuando llegue a la adolescencia y comprobé que también yo podía cazar, juntos cazábamos por horas, olvidando conflictos, sentimientos, estudios y guerras.
Pero nos estamos adelantando; vivíamos en una casa bastante grande para la época, quizás algo exagerada y con un diseño raro, contaba con 8 cuartos grandes si mal no recuerdo, una sola planta, la entrada daba al salón principal el cual conectaba a una serie de pasillos donde se encontraban las habitaciones, la cocina era bastante espaciosa, aunque madre y las criadas casi no me permitían la entrada a la misma; construida a base de madera por la familia de mi padre, y fortificada con ladrillos años después, estaba ubicada en la falda de las montañas Bucegi, aunque estábamos prácticamente en la frontera, la casa, de cierta manera, permanecía oculta a invasores y transeúntes. Por lo cual nuestra familia podía disfrutar de la soledad, y de la incertidumbre de la desinformación, durante largos periodos de tiempo...
En nuestro hogar, vivíamos 14 personas, 6 hermanos, nuestros respectivos padres, dos tíos por parte de nuestra madre y 4 criadas. Madre era una persona acérrima, le encantaba encargarse de los asuntos de la casa, energética hasta su muerte, siempre cuido de sus hijos por igual pero no se encariño demasiado con ninguno de nosotros, solo tenia ojos para el jefe de la familia, nuestro Padre.
Padre parecía estar en una constante lucha, siempre desgarbado, sucio, impulsivo y vicioso, se jactaba de sus actos violentos y de sus tiempos como mercenario. Su frase célebre que nunca faltaba en la cena familiar era "Prefiero morir defendiendo mi propio nombre que el de cualquier otro imbécil". Por culpa de él nuestra familia cayo, pero esto lo contare con mayor detalle más adelante.
Creo que ya entramos en calor, ya conocemos lo suficiente del tema como para iniciar a relatar, realmente, como inicio todo el desastre de mi existencia.
Con mucho que escribir y poco tiempo para hacerlo
Me despido, Randulf Schäfer
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